"Lluvia"
Víctor Araujo
Veracruz, Ver.
Alrededor
de las cuatro de la tarde, comenzó a llover en la ciudad. Suave, fresca y
constante son las idiosincrasias que posee.
En una linda casa de la Avenida Hudson, un niño de 9 años de edad llamado Paco,
contempla el gran espectáculo. Colocado en la ventana tipo californiana de la
sala principal, observa plácidamente como las gotas de lluvia se impactan en
las calles, en los árboles y tejados de las casas de sus vecinos.
En eso escucha la voz de su mamá – ¡Está lloviendo muy fuerte! Espero que tu
papá llegué con bien – mientras ella se mantenía cruzada de brazos y con una
inquietud ante la incertidumbre de la llegada de su esposo.
Paco
le respondió – Va a estar bien. Lo sé, estoy seguro – lo dijo con tal
seguridad, que ni siquiera volteó a ver a su preocupada madre.
Y
así, la lluvia continuó y continuó, parecía no tener fin. A las seis y media de
la tarde, a lo lejos apareció un hombre. Paco se levantó y gritó desde la
ventana - ¡¡Papá!! ¡¡Mamá, ya llegó mi papá!! – ella se aproxima con celeridad
hacia la puerta para abrirla a tiempo.
El
padre de Paco al fin ingresó a su morada - ¡Qué lindo día! Ya tenía rato que no
llovía, justo para refrescar esta noche – comentó muy sonriente.
Su
esposa lo mira con incredulidad, y sin decir nada sólo se da media vuelta y se
retira de nuevo a la cocina para terminar de preparar la cena.
Paco
abraza a su padre muy fuerte y le dice que está feliz de que haya llegado sin
ninguna lesión. - ¿Por qué los días de lluvia te ponen muy feliz? – le preguntó
a su papá. El señor se acercó al oído derecho de su hijo y le dijo – Te lo
cuento después de cenar – Levantó la mirada con vista a su pequeño y le guiño
el ojo, Paco sabía muy bien que eso significaba una diversión asegurada, de ahí
los dos se dirigieron con rumbo al comedor para cenar.
La
hora de la cena, es siempre considerada un momento de tranquilidad, en dónde
una familia recapitula todo lo acontecido durante el día, era algo que no se
debía omitir.
Una vez que acabaron de cenar, la exhausta madre se dispuso a hablar por
teléfono con una amiga de su juventud. Es ahí cuando Paco se entera el porqué
su padre estaba muy emocionado por la presencia de la lluvia.
Su
padre se dirigió al armario que está debajo de la escalera, y sacó dos
impermeables y botas de caucho. - ¿Por qué sacas todo eso papá? ¿A dónde vamos?
– Dijo Paco, con tanto asombro. Su padre le indica que no haga ruido y guarde
silencio, ambos se dirigen a la entrada de la casa; al inquieto niño le es
colocada una playera de manga larga, el impermeable y las botas… el señor hace
lo mismo.
Abren la puerta principal, y aún continua lloviendo, aunque en menor
intensidad. Paco extiende su brazo y las gotas de la lluvia caen en su mano, -
¡Está fría el agua! – mencionó Paco y empezó a secarse la mano con rapidez. –
¿Recuerdas la película que vimos la semana pasada tú y yo? – El niño se pone a
recordar y parece que se desconecta de este mundo por un momento. – ¡Ah, ya!
¿Es la película del hombre que baila bajo la lluvia?–
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Su padre lo ve y asienta con la cabeza, él se agacha y le dice a su pequeño, -
¡Vamos a hacer lo mismo en este momento! ¿Qué te parece la idea? – Paco se
emociona y enseguida sale corriendo hacia la banqueta.
Su
padre le sigue, y a partir de ahí se pasan jugando bajo la lluvia; corriendo,
saltando sobre los charcos, deslizándose sobre el verde pasto de su casa y para
sorpresa de ellos, otros dos niños se les unen al momento de ocio… ¿alguna vez
han visto algo así? Sólo aquellos niños que aprovechan cualquier instante para
divertirse y convertir lo ordinario en algo extraordinario y aquellos adultos
que sin importar su edad, compromisos laborales y presiones siguen conservando
al “niño que llevan dentro.”
El
maravilloso momento se ve terminado, cuando la madre de Paco, grita desde la
entrada: “¡Ya métanse a la casa! ¡Se van a enfermar, tontos!”
En
eso los dos corren rápido a la entrada y a pesar de que ella les dio un buen
regaño por su actitud pueril; aquella experiencia entre él y su padre fue algo
que siempre conservará en su corazón, una gran lección le dejo su padre ese
día: “Disfruta tu vida al máximo, no dejes pasar ninguna oportunidad que te
brinda la naturaleza y recuerda… niño y hombre puedes ser.”
FIN.
1.
En referencia a la película de 1952, “Cantando bajo la lluvia” (título
original: Singin' in the Rain), con Gene Kelly, Debbie Reynolds, Donald
O'Connor y Rita Moreno.