Lacio
cae el pelo sobre tu cuello,
firmes
las manos que lo despejan
y
dejan a la intemperie
la
palidez lunar reflejada en tu piel.
Cálida
la respiración que exhalas,
golpeando
los sentidos de mi hombro,
como
cálido también mi aliento
en
la profundidad de tu mejilla.
Sientes
la imposibilidad de negarte,
de
prohibir la cercanía de mi cuerpo
cada
vez mas intruso, mas invasivo
y
que avanza, no retrocede, y aun así, me dejas.
Callas
para no decir palabras que te condenen,
el
silencio será mi cómplice, el que dirá sí,
y
dejar que tu bandera caiga al piso
junto
con tu ropa a nuestros pies.
Será
suave, será tierno el momento,
será
un beso que haga caer los escudos,
será
el estruendo del latir de nuestros pechos,
serán
nuestros cuerpos en la palidez lunar...
amándose.
Francisco Pradolini Blesa
Argentina
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