Gritos, susurros,
lamentos,
alaridos de
aquellos que impíamente
aclaman la
mortalidad.
Destellos,
fragmentos visibles,
mundos
infinitamente gloriosos,
atormentan a los
que yacen bajo el trono de Luzbel.
Ríos escarlata
cubren la planicie terrenal,
luceros deslumbran
con más intensidad,
cuando la luz ha
de faltar.
Un nirvana lejano
exclama,
oídos prejuiciosos
escucharan,
cuando la
esperanza ha de renacer.
Armas oxidadas,
levantadas por puños carcomidos,
charcos de sangre,
van dejando en el camino,
no hay pérdida ya,
cuando la vida se ha extinguido.
Desesperanza nubla
el panorama,
huestes infernales
arremeten con todo su poderío,
no hay defensa ya,
todo está perdido.
Una luz parte las
montañas,
nuestro salvador
ha llegado,
liderando a
cientos de órdenes celestiales.
plumas negras,
plumas blancas, bañadas de escarlata caen al suelo,
la humanidad no
actúa, solo espera,
terremotos,
maremotos, huracanes, crean cada embate de espada,
las palabras no
hacen honor a los que vemos.
No hay victoria,
solo hay caos,
ojos destellan
luz, armas destruidas, puños sanados,
resurge la
esencia, resurge la esperanza.
Ángeles caídos
descienden al averno,
ángeles blancos se
elevan a los edenes,
ángeles sin alas
solo se quedan observando el acontecimiento.
Todo acaba, y
apenas es el comienzo,
la luz ha ganado,
pero aún queda el sufrimiento,
de la victoria,
cenizas quedan,
ahora solo queda,
encontrar el sendero a los cielos.
JAIR STEFAN HERNÁNDEZ NAVARRO
MÉXICO