Ramón de Jesús Hernández Olivares
Veracruz México
Tu
finura galante hecha de sueños
para
esconder coquetería ambulante,
damas
ocultas en el velo
que
solo cubren su rostro
mientras
se lee un misal,
quedo,
muy quedo.
Esconderás
dolores ajenos o risas de intriga
en
un baile de dolor, repugnante.
Negrura
de noches
vestirás
con estrellas
de
abalorios orientales.
No
seas coqueta acariciando rostros
e
invitando a placeres
del
Marqués de Sade.
¿Llora
la dama al joven galante?
que
embriagaste de amor
y
placer desahuciante,
a
un ritmo frenético que despojó
tu
fino ropaje.
Ahora
caminas lento muy lento,
búsqueda
de gallardos gendarmes
para
ocultar en la obscuridad
de
tus plumas y encajes,
y
robarles íntimos instantes.
Detrás
del cristal de tu carruaje
mientras
tus esclavos
lanzan
al pozo a tu amante
ríes,
suspiras
detrás
de un abanico negro
de
finos encajes.
En Memoria de la Condesa de Malibrán, leyenda de la
Ciudad de Veracruz, México
del poemario Musas Prohibidas
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