Cuando el
vino, rojo rubí como tus labios,
resbala por
tu boca me sabe a regaliz.
El que cae
sobre mis pezones en un beso conjunto
afrutado es.
Si se
desliza por tus muslos, se torna ácido, especiado.
Y en caída
libre sobre tu vientre, nos invade
la presencia
del cedro y el tabaco
Ya en tu
sexo, el vino se transforma, tánico, amargo y fuerte,
como el
mismo acto de amar.
Angélica Arreola Medina
Ciudad de México, México
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