Llueve en la mejilla de un retrato.
Asoma el corcel de la noche.
En el viento de sus crines
un millón de estrellas fugaces.
Pende en cada una
el mismo deseo.
Sus cascos de insomnio
caminan el recuerdo del beso
en una boca de almohada.
Galopan en el aroma
de una chalina sin cuello.
Con el flanco izquierdo
herido de espuelas
permite a la luna acariciar su testuz
mas nunca
que le calce la montura.
Carina Andrea Nadale
Los Cóndores – Provincia de Córdoba – Argentina
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