María Luz Olivares Aldana
Autora de
poemarios como “Silencio entre Espacios”, “Arenas del Tiempo”, Luz de Luna y
Misteriosa.
Realiza un
Abanico de poemas que lleva en paseo literario, sentimientos esparcidos como
destellos, para deleitarnos en cada verso y estrofa.
Vive los
segundos del tiempo, los aromas etéreos, las sinfonías de aves y el encaje de
las olas y entre recuerdos del tiempo, fotografías y los sonidos de su piano
María Luz Olivares Aldana, se transforma sutilmente en poeta sensible, soñadora
y misteriosa, su amigo el “Duende Azul” le acompaña, para ser su cómplice y
desnuda su alma provocando una Catarsis entre notas poéticas.
TEMPESTAD
En día de tempestad,
con muchos truenos
y relámpagos
espectáculo grandioso
con ecos que
retumban.
Emoción y miedo
paralizan mi
existencia
las ventanas vibran
y sus cristales
lloran
en incontrolable
llanto.
Porque las nubes
negras
hacen juegos entre
ellas
y se estrechan
en abrazos de espanto
y hacen malabares
para que caiga el
rayo.
Los árboles quedan
atónitos
ante la lluvia y el
viento
y a veces son
arrancados
cuando por ellos son
azotados.
Y en la costa
el mar brama enojado,
las barcazas y los
barcos
en el muelle y en la
playa
se encuentran
encadenados.
Y en los desiertos…
surgen tormentas de
arena
y en las dunas
arrumacan
camellos y
dromedarios.
Tormentas y más
tormentas
y si la tierra
tiembla
el Everest y el Iztaccíhuatl
en alud sepulta
a jóvenes temerarios.
Pero hay otras
tormentas
verdaderas
tempestades
que sin tener lluvia,
rayos, nieve, arena
la vida de muchos
seres
van desmoronando.
La pobreza que
aniquila
los sueños del que
trabaja
con salarios de miseria
ni para comprar
un poco de pan
alcanza
y las enfermedades
llegan
allanando la casa.
Hay enfermos,
ancianos
y niños huérfanos
abandonados a la
nada;
esa tempestad
sí aniquila el alma.
Ni el aire huracanado
ni el mar embravecido
ni las tormentas de
arena
ni la nieve en
avalancha
nada es comparado
con la indiferencia
de la humanidad
endurecida
del hombre malo.
Que no ve al
semejante
como un hermano,
esa tempestad
sí aniquila el alma.
Y dice el poeta:
Habla, escribe y
serás escuchado.
Y si juntos cantamos seremos
hermanos.
De la Antología " Hojas de Otoño "
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