DESPUÉS LAS CULPAS
Ángel Valenzuela
Veracruz, México
Exhaustas las espaldas contra la
cama,
contrapuestas ante el abatimiento,
ofuscadas tras dedicarse caricias
mudas.
Exhaustos los ojos que no se miran,
no lo harán...
prefieren estancarse en una luz
superflua
y viajar entre ideas que despejen
culpas.
Labios que murmuraron al oído,
lengua que desafió una promesa,
una caravana que desfiló extraviada
y acabó rendida en un limbo
acechado por una provocación
que terminó por vaciarle su recato.
Exhausta la recámara,
con sus cortinas inertes hasta el
piso,
exhaustas y en sincronía con las
dudas,
como un monólogo proscrito,
sin conclusiones,
que se descubre en un exilio
y este cansancio que le aloja las
excusas.
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