Te abrazo, y a
través de ti
abrazo a mis
ancestras,
a todas aquellas
que no conocí.
Arrullo a mis
raíces.
Abrazo a mis
nietas,
a todas aquellas
que no conoceré.
Arrullo a las
flores de mi árbol,
que un día también
serán raíces.
Porque el tiempo no
existe,
el tiempo es una
historia,
un inicio eterno
de abrazos
atemporales.
Ana Ahumada Espinoza
Chile.
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