Esperar tristemente a que caiga la noche
con el cuarto en penumbras,
la luna alumbrará, siento ruido,
ya salgo; sí, creo que es su coche,
equivocada estaba, más sé que llegará...
Arreglo mí peinado ¡mal se ven mis canas!
que me encuentre bonita,
que me invite a pasear
y me siento en silencio
contempló las estrellas
y me quedo dormida
pues no quiero pensar.
Y así todos los días
se repite la historia,
en mí ya no hay reproches,
esperar y esperar que el día de tú
llegada en mí encuentres
la gloria y con mí amor y
besos volvamos a empezar.
La espera
Lourdes Lagardery
Puerto Rico
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