Y esas lágrimas de cristal
en la muda tarde derramadas
quien las vendrá a enjuagar
sí solo queda la almohada
como hombro para reposar.
Cuando la oscura noche
envuelva mi frágil cuerpo
no viendo el horizonte
ni estrella en el firmamento
quién la alumbrará
Cuando el alma herida
camine tambaleando
agarrándose a las esquinas
con los poros ensangrentados
quién la sujetará
Más todo pasa, todo se olvida
volverá el sol a brillar
llegará el nuevo día
de las lágrimas, quedará la sal.
TRISTEZA
Rosa Caldevilla
España
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