Colgué
mi piel en tu armario y salí corriendo tras tus pasos,solo
llevabas los zapatos puestos, porque tus pisadas iban conmigo haciendo ruido en
mi cabeza
y desacomodando mis ideas.
Ese
trinar de tu corazón que me dice que hoy es lunes y mañana es martes y
que el día siguiente será como el otro y como el otro si la música del vaivén
de mis piernas enroscadas a tu cuerpo me abandona.
Los
minutos y los segundos son como mi amuleto para no perderte, por eso cuando
estoy contigo nunca te los confío porque corro el riesgo de tenerte menos; es
que ésta locura de ti me hace más consciente cada día de la desesperación que
me invade cuando tú me robas a mí y yo a ti no encuentro.
Déjame
acomodarme junto a la silueta que pintas sobre la cama, muy cerca de tu cuerpo;
abrazar tu aroma de alma desnuda por el tiempo; conversar con los latidos de tu
corazón y bailar con tus caricias mientras un cielo profundo se abre para
regalarse entero.
Cuánto
tiempo ha pasado desde que te amo; no lo sé, pero me ha bastado para parir
historias con sabor a ti; para hacer collares de letras que engarzadas se
transforman en poesía adolorida por tu ausencia; para hacer un puente de
caracolas desde mí hasta tu lecho.
Que
difícil esto de andar por ahí por ésas calles del mundo, sin piel y con prisas;
que absurdo esto de hacerle el amor a un recuerdo.
Que
terrible esto…de quererte a destiempo.
ELIZA
AZAMAR.
VERACRUZ,
MEXICO.
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