María Luz Olivares Aldana
Veracruz, México
Escuchando
los ritmos del silencio.
Solo
hay un pensamiento
no
hay tiempo para el tiempo
y
los astros giran sin cesar
en
el firmamento.
Obscuridad
frialdad negrura
noche
de callejones sin luna
en
un mundo rutinario
donde
la hoz la muerte
misteriosa
se perfila.
Obscuridad
que amenaza
a
la idea, esa que brota diluida.
Obscuridad
que late
que
vibra en mis entrañas,
de
volátiles espíritus
hay
quejidos de ramas
en
el bosque sombrío
y
en el árbol taciturno del vecino,
donde
en sus vainas
el
viento al pasar
desprenden
quejidos.
En
esa obscuridad
y
con el silente caminar de los segundos
sentí
un dolor agudo.
Y
en esta obscuridad
de
largo insomnio
esperaré
sollozante
el
delirio de un nuevo amanecer.
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