sábado, 2 de diciembre de 2017

La Vorágine Imparable del Tiempo





La vorágine imparable del tiempo
hace un paréntesis a tu lado,
como si así lo hubieses mandado
las horas dejan de existir.

Las dimensiones se pierden en el devenir
de emociones que provoca tu existencia, 
amo del universo: tomas los
elementos para enseñorear tu presencia.
Así, en un remolino de pasiones,
me llevas a tu lado
tomando de mí lo que deseas, sin que quiera o pueda evitarlo, existo para ti.
No hay tiempo, distancia ni mundo
sólo somos tú y yo, reflejando imágenes en nuestros ojos,
perdiéndonos, en nuestras miradas,
 sólo existe el amor.
Satisfecho el deseo, me envuelves
en tu aliento y vuelvo a mi nido
con el sabor a flores, que me dejo el néctar del más dulce,
 amor, lo guardo.
Permanecerá así, entre rejas,
  
oculto a los ojos del mundo,
en el sitio que le asignaron los Dioses del Olvido
renacerá cuando me llames a tu lado,
y comencemos de nuevo el rito del amor.
  
La vorágine imparable del tiempo
hace un paréntesis a tu lado,
como si así lo hubieses mandado
las horas dejan de existir.

Las dimensiones se pierden en el devenir
de emociones que provoca tu existencia, 
amo del universo: tomas los
elementos para enseñorear tu presencia.
Así, en un remolino de pasiones,
me llevas a tu lado
tomando de mí lo que deseas, sin que quiera o pueda evitarlo,
 existo para ti.
No hay tiempo, distancia ni mundo
sólo somos tú y yo, reflejando imágenes en nuestros ojos,
perdiéndonos, en nuestras miradas,
 sólo existe el amor.
Satisfecho el deseo, me envuelves
en tu aliento y vuelvo a mi nido
con el sabor a flores, que me dejo el néctar del más dulce, amor, lo guardo.
Permanecerá así, entre rejas,

 oculto a los ojos del mundo,
en el sitio que le asignaron los Dioses del Olvido
renacerá cuando me llames a tu lado,


y comencemos de nuevo… el rito del amor.

Lucila Reyes G.
 México

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