sábado, 27 de octubre de 2018

SUSPIRO DE TRES MIL AÑOS



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El beso primordial de los amantes locos nunca se olvida, la primera mirada de siglos aguarda a la llegada del amor caótico, las sensaciones cósmicas se consumen en la  tarde de agosto.
Recuerdo las caricias, los suspiros y las largas caminatas entre los pasillos de la ciudad secreta. Pienso más tarde, en aquella noche donde las fronteras se fracturaron, cambiamos nuestro amor por aquella eterna complacencia humana.
Suspiros robados, besos inspirados, caricias expandidas entre los cuerpos milenarios y un solo espacio-tiempo donde nuestras almas se desnudaron, la intimidad se disolvió en la esencia de Venus. Se despiertan sensaciones oníricas y dibujos surrealistas surgen con las melódicas baladas. La eterna inspiración de verano se conjuga con el invierno pasional.
Sueña a mi lado. Enamórame con tu sonrisa, despiértame con besos multicolor y llévame a conocer los planos astrales.
Conexiones que se establecen, miradas que habitan en las habitaciones psicodélicas, un sentimiento nostálgico que se expande cuando no estás. Y es que tu presencia ilumina mis sentidos y agudiza la esencia interna del alma. Tres mil años para amarnos desenfrenadamente, tres mil años recorriendo el mundo, tres mil años juntos.



Antonio Pérez Malpica
Papantla, Veracruz (México).

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