miércoles, 23 de diciembre de 2015

BIENAVENTURANZA Y AMOR






Isidoro A. Gómez Montenegro.
México

Amar al mundo es signo de gratitud, evidencia de lo bello.
El hombre camina tambaleándose entre placer y dolor, responsabilidad o causa aleatoria cósmica más que religiosidad, el paraíso no constituye el fin de la existencia terrena, construye el medio, Dios no nos mandó a sufrir, ni a padecer dolor; es nuestra necedad de hacer el mal, el más irreparable de los vicios.
Buscar la salvación es indagar obstinadamente en otras circunstancias, objetos exploraciones que en toda una vida no se comprenden; solamente se explican con amor: Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo, practicarlo en cada latido de nuestro corazón, demostrar capacidad de servicio, dar, sin esperar recompensa, todo se involucra sin excluir la sensualidad en el sentido amplio de sus formas.
La diferencia entre amor pagano y el inspirado por la mujer, iguala al hombre en condición, por ley del amor.
Sensualidad no es elemento opuesto de espiritualidad, hay que entender la apreciación del concepto y etimología de  la palabra, los grados, la aceptación.
La vida es tensión creativa, entre deseos y preceptos morales, la sensualidad está incluida dentro de la espiritualidad, no se necesita llevar una vida de asceta o abstinencia para llevar el espíritu elevado, basta ser mejores cada día.
Respetemos ideologías y religiones, construyamos, edifiquemos sobre nosotros mismos ese andamiaje que pueda penetrar en el corazón de otros, llevemos la luz de Dios a través de la palabra tal cual la llevó Jesucristo en su recorrido, en sus parábolas a lugares inimaginables donde estuvo al mismo tiempo nuestro Gran Maestro por su omnipresencia. Dejó huellas de luz y sabiduría, sirven para despertar al hombre a la vida interior, a la realización del ser humano, cualidades actuales e históricas donde se permean innumerables vicios de la carne, de la violencia, del egoísmo, envidia y los arrastrados por el resentimiento, el rencor, son como tomar veneno y envenenar a otros.
El odio como perro rabioso  se vuelve contra su dueño. Esperamos donde haya ruinas encontrar tesoros,  tesoros de amor implícito. Perdonemos nuestras faltas primero, después el agravio, situación no fácil si pudiéramos aplicar el pasado, el pasado está muerto, es pasado; hay innumerables asideros la oración continua en cadena, ayuda, fortalece el alma.
No esperemos que la vejez temple la terquedad, quedan abiertas ventanas a la búsqueda de la sabiduría.
Dios en su infinito amor nos ha regalado la vida, valoremos la importancia de defenderla, de cualquier interés que la ponga en riesgo, este maravillosos regalo es para compartirlo.
Desafortunadamente la mayoría de personas hemos olvidado eso, buscamos el bien y la felicidad por y para nosotros, como si de nuestra fuerza individual dependiera por completo la realización de nuestra existencia.
La vida nos ha sido legada, es un regalo para el mundo, cada uno debemos ser uno más dentro de la familia, luchar por el bien comunitario.
Lo experimentado a lo largo de nuestro existir bueno, malo, peor, bello, debe ser utilizado para un bien mayor, independientemente de lo que pase, el simple hecho de estar en el mundo debería llenarnos de agradecimiento, la mejor manera de mostrarlo es usar nuestras habilidades y fuerza.
La fe es el motor principal para realizar la tarea que tenemos en el mundo, trabajar en la visión de nuestra propia vida pensemos: Arriba es como abajo, Dios está dentro y frente a mí, esto fortalece nuestro propio crecimiento y desarrollo interior, es también fuerza en nuestras creencias de Jesús, es alimento que ha sustentado al hombre, la fe, el amor, principalmente plagado de misericordia.
Siendo discípulos de nuestro Gran Maestro, no debemos regodearnos ni envaneceros de nuestros logros por más grandes que sean.
Debemos dar gracias por lo recibido y también por lo no obtenido, embriagarnos en la flor de naranjo, viento luz de noche, fuera de la oscuridad.
La esencia de un ángel de luz nos mostrará el océano de la vida donde bogamos, afrontemos toda clase de penalidades, despojémonos de toda banalidad, escalemos la cima de la serenidad, al llegar al límite del plano terrenal, pensemos en reunirnos al concluir nuestro camino en este mundo, no importa lo oscuro del sendero, habrá siempre luz, vamos hacia el Gran Maestro sin importar la caída de la noche, vamos envueltos en ese sueño, besando la muerte, será sólo eso, un sueño, al igual que la vida.
Podremos decir entonces: fuimos aprendices, ejecutores motores de fuerza, belleza,  sabiduría por la gracia y gloria divina del Gran Arquitecto del Universo.

Bajo esta premisa les deseo una Feliz Navidad y un mejor Año Nuevo 2016.

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