lunes, 11 de febrero de 2019

HACIA LA LIBERACIÓN / ALEJANDRA INCLÁN
















Po Alejandra Inclán
Veracruz, México 

Me enfrento a ti cada  mañana,
cada tarde, cada instante.
Escapo en lo relativo, de tu transcurrir silencio
y al mismo tiempo bullicioso.

Me altera los sentidos,
me pierdo el instinto de saber el por qué me llevas contigo.
¿Me dejarás alguna vez descansar?,
en mis sueños lucidos,
¿podre de ti escapar?
Y ni en ellos me dejas,
te incubas en mi ser
y me devuelves a la realidad.

Quisiera odiarte
y torturarte como tú has  hecho conmigo.
Quisiera amarte
y consolarte como tú has hecho cuando necesito el olvido.

Voy a ti y las olas pesadas me empapan,
la lluvia me baña y el astro rey se me pierde,
y te me vuelves intimidante, grande, gigante.

Es como si desaparecieras y me envolvieras,
como si la fugacidad de mi mirada perdida en tu representante,
me hiciera morir en cada sonido hipnotizante.

Me he perdido;
el espacio donde habito, nada le significo;
mi gateo se ha perdido, mis primeros pasos,
mi primera carrera, mi andar trotando
o caminando para llegar a algún lado.

Todo ha pasado,
me he mantenido erguida,
y siento que aún con ello,
se me escapa la vida.

Mi cuerpo vive regido a existencia,
y yo esclavizada al aparato que inventamos por ti.
Mi deterioro es mi pase de salida,
es mi evolución a la ligereza de donde provengo;
donde tus medidas no existen,
donde soy eterna y tu incesante tic tac no me martilla.

Despierto de mañana,
el reloj  suena y sonrío.
¡Estoy viva señor tiempo!
Y mientras lo esté,
seguiré caminando hacia la liberación, 
con la que me has oprimido día a día,
libre de ti, libre al fin.


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